Salud (del
latín "salus, -ūtis") es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades ligeras, fuertes o graves, según la definición de la
Organización Mundial de la Salud realizada en su constitución de
1946.
[1] [2] También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (
celular) como en el macro (
social). El concepto salud abarca el estado biopsicosocial, los aspectos que un individuo desempeña. En 1992 un investigador agregó a la definición de la OMS: "y en armonía con el medio ambiente", ampliando así el concepto.
"La salud se mide por el shock que una
persona pueda recibir sin comprometer su sistema de
vida. Así, el sistema de vida se convierte en criterio de salud. "una persona sana es aquella que puede vivir sus sueños no confesados plenamente"...
"La salud es principalmente una medida de la capacidad de cada persona de hacer o convertirse en lo que quiere ser."...
"La salud es el equilibrio dinámico de los factores de riesgo entre el medio y dentro de ciertos parámetros."...
La forma física es la capacidad que tiene el cuerpo para realizar cualquier tipo de ejercicio donde muestra que tiene
resistencia,
fuerza,
agilidad,
habilidad,
subordinación,
coordinación y
flexibilidad.
Existe también la salud mental, la cual se caracteriza por el equilibrado estado
psíquico de una persona y su autoaceptación (gracias al autoaprendizaje y autoconocimiento); en palabras clínicas, es la ausencia de cualquier tipo de
enfermedad mental.
La personalidad saludable
En la
antigua Grecia nada se sabía de
virus y
bacterias, pero ya reconocían que la
personalidad y sus características, desempeñan un rol fundamental en los orígenes de la
enfermedad.
Galeno, una figura gigantesca del mundo antiguo, ya observó la existencia de un vínculo muy estrecho entre la
melancolía y el cáncer de mama. De este modo, en estos primeros enfoques médicos, encontramos tempranamente un criterio
holístico en la consideración de la salud y la enfermedad.
Platón remarcaba que la buena educación es la que tendía con fuerza a mejorar la mente juntamente con el cuerpo. Reconocía, de alguna manera, que la salud corporal conduce a la
higiene mental, pero, al mismo tiempo, que el buen estado mental predispone al buen estado corporal. Así, establecía, específicamente, que el alma "buena", por su propia excelencia, mejora al cuerpo en todo sentido.
En los tiempos actuales, desde el
siglo XX, especialmente, pero también desde mucho antes -e incluso en la medicina oriental antigua-, se comienza a reconocer la necesidad de concepción holística de la salud. En este sentido, tal vez la lección que haya que aprender de modo definitivo y cabal es que "somos básicamente lo que comemos".
La concepción
psicosomática nos obliga a atender nuestra interioridad como causa posible de perturbaciones del cuerpo. Esto es reconocido unánimemente por la
clínica occidental, que ve que en los consultorios un altísimo porcentaje de consultas responde a distorsiones de la mente o de la personalidad, en sentido amplio.
Este nuevo enfoque no es
dualista a la manera
cartesiana. Concibe al hombre como una unidad, en la que con mucha frecuencia anidan los poderes curativos, que estimulados, ayudan a resolver los problemas somáticos. La filosofía médica no
materialista de este modo va incrementándose en el mundo en que otra pudo predominar la medicina convencional.